
Me llamo Ainara Berridi Tamayo. Nací en Irún, una pequeña ciudad al norte de España, fronteriza con Francia.
Actualmente vivo con mi marido en Bilbao y los fines de semana y siempre que podemos, en Hendaya, el pueblo francés vecino a mi ciudad natal.
Me relaja, me llena de energía y de alegría estar en la naturaleza, por eso cuando voy a Hendaya, me encanta coger la bici para ir hasta la playa, pasear al lado del mar, contemplarlo, respirar el aire salado y escuchar las olas.
Me gusta mucho conocer lugares nuevos, modos de vida y costumbres diferentes y me encanta hacerlo junto a mi marido, pues es un estupendo compañero de viaje, no solo de vacaciones, sino en esta vida. Algo natural en mí es la búsqueda de conocimiento, a través de cursos, libros, talleres, blogs, meditación y otras técnicas, relacionado con la salud y el bienestar, la alimentación saludable en concreto y sobre todo la espiritualidad y aquello que me ayude a disfrutar de la vida, conectarme y manifestar mi verdadera esencia.
DE MI FORMACIÓN Y MI EXPERIENCIA LABORAL
Soy Naturópata, una profesión que permite mejorar la salud a través de métodos naturales y en la que puedes estar formándote constantemente. Así lo he hecho durante estos años, estudiando Iridología, Flores de Bach, Hipnosis Clínica, Reiki y Kinesiología, entre otras cosas.
Hubo un momento en mi trabajo que quise disponer de más estrategias y herramientas para inspirar a las mujeres que acudían a mí a hacer cambios saludables y me formé como Coach Nutricional, certificado avalado por la International Association of Coaching.
Mis necesidades personales, me llevaron a formarme en distintas técnicas de liberación emocional, un poco más adelante te lo cuento.
DE MIS RETOS
Soy una mujer altamente sensible (P.A.S.) y aunque esto trae consigo muchas bendiciones, llegó un momento a finales del 2014 donde todo el peso emocional que había ido acumulando por tantos duros momentos en estos años y más recientemente con la muerte de mi madre y la enfermedad de mi padre, entre otras muchas cosas, me embargaron como una noche oscura del alma.
Me sentía muy deprimida y se agravó mi tendencia al acné, lo que hizo que bajara mucho mi autoestima. Empeoraron los problemas intestinales que solía sufrir crónicamente, como dolor de estómago, estreñimiento, candidiasis e inflamación. A pesar de que siempre había mantenido el mismo peso sin esfuerzo, engordé 4 kilos, sobre todo en mis piernas que retenían muchos líquidos y toxinas. Estaba muy cansada y mis menstruaciones, siempre dolorosas, cada vez lo eran más. Un desastre…
Soy una mujer fuerte, que había salido adelante con otros retos en otras ocasiones, pero este era diferente, suponía un antes y un después…
DE CÓMO LOS SUPERÉ
Descubrí que sufría de candidiasis intestinal, anemia e infecciones de orina de forma crónica. Por lo que comencé a tratármelos con métodos naturales y con paciencia.
Ya me había formado hace unos años en E.F.T., una técnica de liberación emocional también conocida como Tapping, completando el último nivel del contenido aprobado por su fundador Gary Craig, pero decidí tener más herramientas y me formé en Psych-K, otra técnica para liberarse de creencias negativas y he trabajado sin descanso con ellas y con El Código de la Emoción, durante más de un año. He liberado muchísimo dolor acumulado, emociones atrapadas, bloqueadas, creencias limitantes y me he conectado mucho más con mi espiritualidad.
Estaba cursando un master en alimentación crudivegana en la Escuela de Ana Moreno y había estado en un seminario con David Wolf, un gurú de la alimentación natural. Decidida a salir del pozo en el que me encontraba, mejoré muchísimo mi alimentación, con más crudos, aumenté casi al 100% los alimentos ecológicos, incluí casi diariamente zumos vegetales, batidos saludables, germinados, fermentados,…e incluí una práctica sostenida de ejercicio.
¿Qué ha pasado después de esto? Pues desapareció el acné que tanto me ha avergonzado durante estos años, dejé de ser estreñida crónica, ¡desde niña!, ahora estoy desinflamada y disfruto de buenas digestiones, me liberé de líquidos, toxinas y grasa acumulada y aumenté mi masa muscular. Estoy más fuerte, me siento vital, motivada, con más autoestima, feliz y conectada y me siento muy contenta y agradecida por todo este trabajo que he hecho y que me ha permitido liberarme de los fuertes dolores menstruales que sufría desde los 11 años….no os hacéis una idea de todo lo que significa esto para mí, muchas veces pensé que había hecho de todo y ahora había conseguido empoderarme y sanar también mi feminidad.
